Me cubrió tu ímpetu hormonal de 17 años. A un costado de la plaza, sin decirlo me pedías una actuación imposible debido a mi pánico escénico y a todos los críticos, espectadores a la pasada que me clavaban muchas veces su indiferencia inquisidora o mi paranoia coercitiva. Querías que imaginara ese jazz barato miserable, ese irritante rock ochentero, mientras balbuceamos diálogos demasiados innecesarios para las ansias de los cuerpos, que inventáramos en esa banca frente a la municipalidad, la peor, la más cliché, la más patética y penosa historia de detectives, que intentan resolver un caso mientras sacian su libido.
¿Qué querías que hiciera? Los escuchaba pasar a nuestro lado, y raudo efecto sacaba mi mano cubierta por tu polera. Pero a ti no te importaba, y maquinalmente me dejaba arrastrar a tu boca que arrancaba capas de mi labio. ¿Estoy sangrando?-pregunte con estupida inocencia, inocencia de mierda.
Que ironía que ahora esos momentos puedan ser saboreados sólo en mi cabeza, que sirvan sólo para satisfacer las noches de onanismo compensatorio.
Desde un principio estableciste las cláusulas de este contrato respetado por ti-desgraciadamente- como si fueras a caer presa de algún castigo desmesurado, si faltabas a éste.
No lo haré, en serio- prometí.
El plan era otro, apégate al plan, me repetí demasiadas veces como para tener ya asumido que me estaba pisando la cola.
Quise tambalearme en tus labios, pasear mis manos sin culpas y sin ataduras por tu cuerpo. Ese era el plan.
Éste sábado, es el último y después chao- ¿te acuerdas que dije eso?
Ese mismo sábado estabas al otro lado del teléfono mientras te deseabas buenas noches, con voz de disculpas, y tu cortaste mis palabras rápido, experta ya, sabias que ese contrato no era más que una diligencia para cubrir tu promiscuidad no asumida, pero inerte a tu juventud, que por alguna razón me acaecía, que desde lejos se difuminaba en mis costumbres anacrónicas.
La falta de imaginación creativa de las películas negadoras de amor real que degusto en la oscuridad de mi pieza iluminado patéticamente por la somnolienta luz del televisor recurre a resabios, a una mixtura de tu vientre firme y tus gemidos agónicos ¿gemías? Es la misma falta de imaginación la que te motivó a volver tu cara con sorpresivo enojo, y encaminarte diva de la pobreza afectiva, lejos. Falta de creatividad, de mi inexperiencia obsoleta.
Supiste bien mostrarte lo suficiente para que yo estirara mi mano en mendiga acción, para luego recubrirte de tu capullo- ya inútil en teoría, pero funcional en la práctica- de princesa inmaculada, de inocencia casi verdadera, creíble siempre. Pero tú lo supiste siempre, por eso ahora saludas y empujas y yo … bueno yo te escribo.
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3 comentarios:
uuu
Panchito que lindo lo que escribiste, se ve que tienes años en esto de la escritura, esta muy lindo maestro, ojala algún día pueda escribir tan lindo como tú.
besitos!
Bienvenido al mundo de los blogeros =)
Amigo! aún
Mish, No se te quita lo irónico, cuando escribes.
Muy interesante todo.
creo que voy por un camino parecido al tuyo, es decir, (hablo por mi, es este caso) poder explayarse sinceramente, dejando alguna huella positiva, para por consecuencia una enseñanza o reflexión.
Te quiero Amigo ! jeje!!
la dura weon! xD!
espero verte!!
(parece un post de fotolog xD )
como dice el comentario anterior : " bienvenido al mundo de los blogeros" =)
un cuento que no te deja parar de leer, eso me ocurrio, fue como querer saber el final antes de tiempo, como cuando lees un libro y quieres saber de inmediato el final, nose si soy yo la que quiere adelantarse pero eso me acurrio.
habia creido que se trataria de otra cosa, la verdad no entiendo mucho entonces el porque del titulo de blog, pero bueno.
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